El ser humano siempre ha buscado estar al tanto de las cosas que ocurren a diario en su entorno; es por eso que todos hemos generado dentro de nosotros un "Espítitu Consumista" es decir ya es parte de nuestra cultura la ambición de obtener cada día más y más cosas. 
El incremento poblacional ha forzado la aceleración en la producción de bienes y servicios con el fin de satisfacer las necesidades que surgen a diario. Ese consumo compulsivo se ha dedicado solamente a deterirorar la naturaleza, sin darnos cuenta cómo y de qué manera se obtienen las materias primas para el desarrollo de aquellos bienes y en qué lugar van a dirigirse estos al momento de considerarlos como inútiles.
La ambición por el consumo y la demanda excesiva por parte de los ciudadanos poco a poco va acabando con los recursos naturales de nuestro planeta.
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